Jorge Enrique Robledo y la arquitectura política para gobernar a Bogotá
De la misma manera como dejó la ingeniería por la arquitectura cuando supo que no era su carrera, no se dedicó de lleno a esta cuando en realidad supo cuál era su pasión: la política.
La convulsas sociedades de finales de los 60 en el continente eran la respuesta de que estas no llevaban un camino correcto, y que había demasiadas problemáticas imposibles de atender con el impacto que necesitaban desde una disciplina como la arquitectura.
Esas complejidades, pobreza, desigualdad, demandas de necesidades de la gente, el inconformismo generalizado, fueron precisamente las razones que llevaron a la política a Jorge Enrique Robledo, hoy candidato a la Alcaldía de Bogotá.
Jorge Enrique Robledo estuvo hablando en el CESA de sus motivos, de su manera de hacer política, y de las razones por las cuales tiene las condiciones para ser el principal mandatarios de los capitalinos.
De alguna manera se considera adalid de la ética, que ha faltado en Colombia en buena medida porque muchos no han sido capaces de relacionarse adecuadamente con los recursos destinados a lo público.
“Ojalá nos dejen la política a quienes somos capaces de vivir una vida austera. Al que le gusta la plata, mejor que no se meta en política”, afirmó durante el conversatorio, junto con Juanita León, de La Silla Vacía; y Fabiola Rey Sarmiento, docente investigadora del GEA (Grupo de Estudios de Administración del CESA).
Haber estado en el legislativo durante casi 20 años y haber sido catalogado como el mejor senador son, en su concepto, hechos que acreditan no solo su conocimiento de los problemas de la sociedad, donde los de la capital no son la excepción, sino su capacidad de hacer una política distinta a la que se ha hecho hasta ahora en el país.
"Soy el senador que más debates de control político he hecho en la historia del país: más de 250 que fueron verdaderas tesis de maestría; es decir, debates sobre temas con un alto nivel de profundidad, que me dan la capacidad para gobernar", afirmó Robledo.
Dentro de sus propuestas para la ciudad, destacó la gratuidad de los uniformes para los niños, niñas y jóvenes de los colegios públicos de la capital, con la condición de que sean fabricados por la industria local, “como una manera -entre muchas otras, y este es solo un ejemplo- de estimular la industria”.
Un plan de choque proempleo de 100.000 plazas de trabajo para sectores populares, que si bien -reconoce- supone una inversión importante, es otro determinante para la estimulación económica.
“En política se debe tener la disposición de hacer alianzas, incluso con contradictores, pero teniendo claro las líneas rojas que no se pueden cruzar”, puntualizó Robledo.