Fasem
Incuba, punto de inflexión de los entornos productivamente saludables de Fasem
El tema de las enfermedades y accidentes laborales, una de las mayores preocupaciones del empresariado colombiano debido al aumento de casos y a los millonarios recursos que estos representan para las compañías, parece haber encontrado un mejor tratamiento desde un novedoso modelo de negocio.
Se trata de la operación de la empresa Fasem, Fábrica de Soluciones Empresariales, que desde la consultoría para la debida gestión de la seguridad y la salud en el trabajo, le apuesta al mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores en las empresas.
Fasem nace en el 2013 por iniciativa del administrador de empresas Tairth Martínez, magíster en Dirección de Marketing del CESA, y del ingeniero industrial Óscar Bernal; con el espíritu de convertir los puestos de trabajo en entornos laborales productivos y saludables, pero con el objetivo de atacar los accidentes de trabajo (AT) y las enfermedades de origen laboral.
Y es que un estudio del Estado colombiano -en cabeza del Ministerio del Trabajo-, que recopiló estadísticas sobre seguridad laboral de una década hasta 2014, da cuenta que las enfermedades laborales se quintuplicaron y los accidentes laborales aumentaron un 200 por ciento. Por vía de ejemplo, mientras en el 2009 se registraron 410.000 AT, en el 2014 ese contador llegó a 687.000 casos. Asimismo, para el año 2009 se calificaron un total de 6.000 mil enfermedades laborales, mientras que para el año 2014 se calificaron 9.700. En cuanto a mortalidad por enfermedad laboral, solo en 2014 se registraron 16 fallecimientos, nueve más que los ocurridos durante los anteriores cinco años.
Bajo ese contexto, Fasem centró su misión en convertir puestos de trabajo en entornos productivamente saludables. Esto es, que la persona sea más productiva, pero que a la vez no tenga un problema de salud por accidentes en el trabajo (AT) o enfermedades laborales.
Las razones por las cuales los trabajadores se enferman son múltiples. Tairth Martínez destaca dos principales: una tiene que ver con la parte física (trabajo repetitivo, levantamiento de carga y prácticas inadecuadas) y otra, con el aspecto psicosocial, asociado básicamente al estrés (va desde externalidades, como el tiempo de desplazamiento hasta el lugar de trabajo, hasta factores internos como sobrecarga o la realización de actividades para las que la persona no ha sido contratada).
Por esas razones, Fasem creó su línea de negocio denominada factores humanos, consistente en tomar medidas para mitigar los costos que supone una incapacidad laboral. A través de una justificación técnica, Fasem documenta a las empresas por qué un puesto de trabajo se puede mejorar, cambiar o eliminar. Con esta primera línea llegan hoy a grandes empresas como Ecopetrol, Nutresa, Crepes & Waffles y Yanbal.
Sin embargo, cuando los fundadores de Fasem exploraron aún más la problemática, encontraron que debían ampliar su portafolio de servicios para beneficiar a empresas con menor músculo financiero.
En efecto, el aumento de estos incidentes obligó al Gobierno a expedir un decreto (1443) para que todas las compañías tuvieran un Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SGSST). Lo que advirtió Fasem es que solo 57 de cada 100 empresas tiene un programa de salud ocupacional para el efecto. Pero de ese número, la mitad no tiene un área o persona encargada para liderar el proceso; y de esa mitad que cuenta con el programa, el 50 por ciento no tiene a una persona con las competencias necesarias (en salud ocupacional) para su debida ejecución.
Incuba, punto de inflexión
Las ‘luces’ para ampliar su portafolio les fueron dadas por Incuba, el centro de innovación y emprendimiento del CESA. “El emprendimiento es un pivote a diario. Se aprende cada día. En cada instante”, reflexiona Tairth Martínez. Y admite que haber tocado las puertas del Centro de Innovación y Emprendimiento les ayudo a “organizar la casa”, y que “en Incuba descubrimos que si nos enfocábamos exclusivamente en el servicio de factores humanos, (Fasem) podría desaparecer en corto tiempo”.
Organizaron la casa porque ajustaron la parte legal y de estatutos de la compañía, los acuerdos de accionistas, la contabilidad y el modelo de negocio. En efecto, hoy Fasem es una compañía que también crece de la mano con tres personas más: Andrés Sánchez, Jorge Córdoba y Chiyly Berrío.
Por otro lado, a través de Incuba proyectaron e implementaron otras tres líneas de negocio: Implementación del SGSST, su acompañamiento y gestión del software PGM (planear, gestionar y medir). A través de este último, cada empresa puede saber los principales riesgos que enfrenta, recomendaciones para mitigarlos e indicadores, con acceso continuo a la información. En esencia, las empresas pueden hacer un seguimiento continuo de los planes de acción de SGSST.
Actualmente, son consultores de 50 pequeñas y medianas empresas para la implementación del SGSST, realizando un acompañamiento dos veces al mes en estas organizaciones.
Para este grupo de socios empresarios, Incuba significó un punto de inflexión para el crecimiento de Fasem, traducido en el aumento de 121 por ciento y 112 por ciento de ventas en los años 2016 y 2017, respectivamente. Pero además, con la posibilidad de que los esquemas de salud y seguridad en el trabajo beneficien en calidad de vida al mayor número trabajadores de empresas, independientemente de su tamaño.
Y es que “estamos convencidos que un negocio sin impacto social no funciona”, concluye Tairth Martínez.